Para sobrevivir necesitamos comer algunas veces por semana, beber cada día y respirar cada minuto. Podemos ingerir al día, de media, un kilo de comida, dos litros de agua y 8.000 litros de aire.
No cabe ninguna duda de la importancia que tiene el aire, ese fluido olvidado, que nos envuelve desde el nacimiento y del que apenas nos preocupamos. La comida que sea sana, biológica, de proximidad, sin aditivos, etc. El agua bien depurada, filtrada, mineral, embotellada, etc. ¿Y el aire? ¿Lo cuidamos de igual manera? Evidentemente, no.
Este actual virus (y otros patógenos) que se desplazan por el aire, quedándose suspendidos a merced de las corrientes, nos va contagiando sin piedad provocando la muerte de los más débiles. Los espacios interiores poco ventilados, donde no llevamos mascarilla, son el entorno ideal para los multi contagios.
Desde el inicio de la pandemia, en Casals Ventilación, hemos puesto todos nuestros conocimientos sobre la filtración absoluta y el comportamiento del aire a disposición de administraciones públicas, organizaciones científicas, investigación privada, etc., para colaborar en la pronta y segura recuperación de la normalidad.
Al inicio de la pandemia y en cuestión de semanas desarrollamos y empezamos la producción en cadena de purificadores de aire y sistemas de ventilación en función de los niveles de CO2. En esos momentos se priorizaba la desinfección de superficies y la distancia social. Se ha tardado muchos meses en aceptar que el verdadero riesgo está en el aire, en el desplazamiento de los aerosoles, especialmente en locales cerrados y con mucha más intensidad en los locales donde podemos quitarnos la mascarilla.
“Los purificadores de aire tienen la misma tecnología que se usa en los quirófanos y son una solución cuando los espacios interiores están contaminados y la ventilación es deficiente o imposible”
La ventilación de los espacios interiores para la dilución de los aerosoles posiblemente contaminados es indispensable para nuestra seguridad y prevención. Cuando esta ventilación es deficiente o imposible debemos solucionarlo con los purificadores de aire. Estos equipos están fabricados con la misma tecnología que se usa en los quirófanos de máxima seguridad, las salas blancas o los espacios controlados por bio contaminación.
“Los purificadores de aire REINTAIR® by Casals llevan filtros HEPA H14 certificados según EN1822 y han obtenido la clasificación ISO8”
Es indispensable que la fabricación de los purificadores de aire sea completamente estanca y equipe filtros HEPA H14 certificados según la norma europea EN1822. Los filtros deben mostrar un certificado individual dentro de la bolsa que protege el filtro del exterior, debiendo ser ambos retirados antes de la puesta en marcha. Estos equipos, además, han sido colocados en una sala cerrada con dos personas en el interior y se ha realizado la clasificación de este espacio siguiendo la norma ISO 14644 por parte de una empresa especializada. El resultado ha sido la clasificación del espacio como ISO8, la misma categoría que los quirófanos de cirugía menor, cirugía ambulatoria o las salas de partos.
Saber cuándo el aire interior está viciado es vital para evitar malestar, dolores de cabeza y reducir riesgos de contagio
Para conocer lo viciado que puede estar el aire en el interior necesitamos alguna referencia ya que la mayoría de las veces no es posible saberlo a simple vista. Para ello analizamos el CO2. Este compuesto está presente en nuestra atmósfera, en el exterior de los edificios, en una medida aproximada de 400 ppm (partes por millón). Los seres humanos exhalamos CO2 al respirar en una proporción del 4%.
Con estas indicaciones es fácil detectar que en un ambiente cerrado con afluencia de público el nivel de CO2 irá en aumento, significando que el aire que respiramos ya ha sido respirado por otras personas. Si alguna de las personas existentes en el interior es portadora de algún tipo de patógeno, incluido el SARS-CoV-2, las posibilidades de transmitirlo al resto de personas son muy elevadas, aumentando de forma proporcional con el aumento de la tasa de CO2. Una tasa superior a 700 ppm debería encender las alarmas, pero es habitual en entornos cerrados llegar a ver los 2.000, 3.000 o 4.000 ppm.
Nuestra gama actual de equipos comprende purificadores de aire portátiles, purificadores de techo, sistemas completos descentralizados de conductos, sondas de CO2 con sensor NDIR y salida MODBUS, además de kits de doble ventilador de ventana controlados automáticamente por sonda de CO2impidiendo superar los 600 ppm.
Por último, ante la avasalladora irrupción en el mercado de numerosos sistemas que prometen purificar el aire, hay que dejar constancia que el uso de tecnologías químicas, iones, plasmas fríos, hidroxilos, fotocatálisis, ozonos, desinfectantes, ionización bipolar, etc. deben de estar regulados y normalizados por el Ministerio de Sanidad en el registro oficial de productos biocidas y no basta con un numero de entrada de la solicitud, sino con un permiso concreto una vez analizados los riesgos. Así mismo, la radiación UV-C se demuestra como un excelente esterilizador de superficies, pero es completamente ineficaz para la desactivación de virus directamente en el aire.