Passivhaus es un estándar de certificación energética para edificios de obra nueva y rehabilitados de carácter voluntario. El objetivo es alcanzar el máximo confort para los habitantes de la casa o el edificio con una buena calidad del aire interior y un consumo energético prácticamente nulo. Un edificio Passivhaus ofrece un ahorro energético de hasta un 90% frente a un edificio convencional existente, y un 75% frente a construcciones nuevas.
Un edificio que cuenta con certificación Passivhaus debe limitar la demanda de calefacción y refrigeración a un máximo de 15kWh/m² al año. Y la energía primaria se limitará a 60kWh/m² al año. Además, este edificio deberá pasar un mínimo de 2 tests de hermeticidad por vivienda donde se comprueba que las infiltraciones de aire no controladas sean 10 veces menores que en viviendas convencionales.
Para conseguir la certificación es necesario un proceso de diseño holístico en el que intervienen diversos factores para conseguir la certificación y que el edificio funcione correctamente.
En términos generales, los principios básicos de Passivhaus son 5:
Dados los efectos del calentamiento global y que cada vez tenemos veranos más calurosos, se hace más evidente el problema de sobrecalentamiento de los edificios, por lo que se establecen estrategias para evitarlo. Así, principalmente en climas cálidos, a la lista anterior hay que tener en cuenta otros factores más:
Hay que justificar que se elimina el riesgo de sobrecalentamiento en verano para conseguir la certificación y se puede hacer de dos formas:
En términos de ventilación, nos fijaremos en el eje central de la certificación Passivhaus: el ensayo de hermeticidad al aire o “Blower door”.
Se realiza una prueba in situ y se mide el nivel de infiltraciones de aire, a través de un equipo que presuriza o despresuriza el edificio. Antes de terminar la obra con los acabados interiores, se llevan a cabo ensayos preliminares que permitan detectar y corregir las fugas a tiempo. Finalmente, se realiza el ensayo final acorde a la norma UNE-EN 13829.
Reducir las infiltraciones indeseadas supone varias ventajas:
Para que la hermeticidad al aire sea posible será necesaria la instalación de ventilación mecánica controlada que asegurará la buena calidad del aire interior y la evacuación de humedad y contaminantes generados por la propia presencia y actividad de las personas que hay en el interior del edificio.
Para conseguir la estanqueidad del interior de la vivienda que exige Passivhaus, reducir al máximo las pérdidas y minimizar las necesidades de climatización, la ventilación debe ser óptima. Sin ventilación se producirían problemas de humedades y condensaciones, dando lugar a un ambiente viciado y poco saludable.
Abrir ventanas es bueno para ventilar, pero es poco eficiente ya que se producen pérdidas energéticas para la vivienda.
Conseguir unas condiciones óptimas de calidad de aire interior y mantener la estanqueidad es posible con un sistema de ventilación mecánica controlada (VMC). Se trata de un sistema eficiente dada la mínima energía que requiere para mantener un flujo constante de caire adecuado a las necesidades de la vivienda en cada momento. El más eficiente es el sistema de ventilación mecánica de doble flujo, donde el intercambiador de calor es un elemento clave. Éste se encarga de aportar aire nuevo del exterior aprovechando la temperatura del aire extraído del interior. Los recuperadores cuentan además con filtros de aire, lo que asegura una aportación de aire limpio del exterior, rebajando niveles de elementos nocivos o perjudiciales para la salud (polvo, hongos, bacterias, polen, etc.).
La recuperación de calor eficiente es uno de los principios fundamentales para que un edificio funcione correctamente acorde con Passivhaus.
Un sistema de ventilación de recuperación de calor altamente eficiente es capaz de transferir más del 75 por ciento del calor percibido (calor sensible) del aire de escape usado al aire de suministro fresco entrante. En un día de 0 °C, por ejemplo, estos sistemas pueden hacer uso del aire de escape viciado, ya calentado a 20 °C, para llevar el aire frío entrante a al menos 16°C sin el uso de calefacción activa.
Paralelamente, en climas donde es necesario el enfriamiento, se aplica el mismo principio: el sistema de recuperación de energía mantiene el calor y la humedad excesiva afuera mientras ingresa aire fresco con niveles de humedad apropiados. En este caso de climas cálidos y húmedos el uso de recuperadores de energía permite reducir eficazmente el calor y la humedad en el interior del edificio, además de las necesidades de enfriamiento.
En el catálogo de Casals Ventilación encontrará el recuperador de calor residencial ORMEN EEC, con motor electrónico, apto para instalación en suelo y pared, que puede dar servicio a locales residenciales y comerciales con una superficie de hasta 180 m2. El recuperador ORMEN EEC cuenta con el Certificado Passivhaus.
Para conseguir el 92,5% de eficiencia máxima del recuperador de calor residencial ORMEN EEC, como sucedería con cualquier otra unidad de recuperación de energía, es necesario compensar las pérdidas de carga en el caudal de la impulsón y la extracción.
En impulsión utilizaremos reguladores de caudal como CFR, junto a bocas regulables como las BEIRM o las BE.
Para la extracción podemos utar el mismo sistema que en la impulsión, o bien simplemente las bocas autorregulables tipo BEA SC, BEA DC, BEH HYGRO.
La certificación y auditoría empiezan en la fase del proyecto y terminan con el final de la obra. Una entidad homologada por el Instituto Passivhaus será la encargada de acreditar que el proyecto cumple con el estándar y que la obra se ha ejecutado tal como está contemplado en el proyecto.
El estándar de Passivhaus pone en primer plano el confort de las personas. Por este motivo los criterios de salud y calidad del aire interior son de gran importancia para el proyectista.
Para garantizar la buena calidad de aire interior se comprueba que el sistema de renovación de aire esté bien dimensionado en la fase de proyecto. Una vez en obra, se sellan los conductos de ventilación de forma provisional, evitando así la entrada de polvo. Una vez acabada la obra es de obligado cumplimiento la puesta en marcha del sistema y la medición de caudales en todas las bocas de impulsión y retorno acorde con los valores del proyecto.